EUROPA
PRESS
19 marzo
2018
¿Por
qué tenemos peor orientación cuando nos hacemos mayores?
Investigadores del Centro Alemán de
Enfermedades Neurodegenerativas (DZNE, por sus siglas en alemán) han encontrado
una posible explicación a la dificultad en la orientación espacial
experimentada a veces por las personas mayores. En el cerebro de los adultos
mayores, detectaron una actividad inestable en un área que es central para la
navegación espacial, según informan en la revista 'Current
Biology'. A largo plazo, estos hallazgos podrían
abrir nuevas formas de detectar la enfermedad de Alzheimer.
Para guiarnos a través del espacio de una manera dirigida,
el cerebro humano tiene que procesar una avalancha de información, que va desde
estímulos visuales hasta señales proporcionadas por el sistema muscular y
nuestro sentido del equilibrio. Por lo tanto, la orientación espacial y la
navegación se encuentran entre las capacidades más complejas de la mente
humana. Sin embargo, estas habilidades a menudo se deterioran a medida que
envejecemos, lo que puede comprometer seriamente la independencia y la calidad
de vida.
"Cuando te mueves en un entorno desconocido, es
perfectamente normal perderse. Sin embargo, esto tiende a suceder más a menudo
a las personas mayores. Hasta ahora, sabemos muy poco acerca de los mecanismos
neuronales subyacentes de estos problemas de navegación", afirma el primer
autor de la investigación, Matthias Stangl, científico de DZNE en Magdeburgo.
"Tuvimos la hipótesis de que las células de red podrían
estar implicadas. Una parte importante del procesamiento de navegación lo
realizan estas células. Son neuronas especializadas ubicadas en la corteza entorrinal del cerebro. Por lo tanto, supusimos que los
déficits en la función de las células de red podrían causar problemas en la
navegación", añade.
Para probar esta suposición, Stangl
y sus colegas realizaron experimentos con 41 adultos jóvenes y adultos sanos,
que se dividieron en dos grupos: el grupo de adultos jóvenes consistió en 20
participantes de edades comprendidas entre 19 y 30 años, mientras que el grupo
de adultos mayores estaba formado por 21 individuos con edades entre 63 y 81
años. Ambos grupos incluyeron hombres y mujeres.
Uno de los experimentos combinó imágenes cerebrales
funcionales (fMRI, por sus siglas en inglés) y
realidad virtual: los participantes tuvieron que navegar a través de un
escenario generado por ordenador mientras se monitorizaban sus patrones de
actividad cerebral. Un segundo experimento probó la capacidad de "integración
de ruta".
En esta configuración, los participantes se movieron a lo
largo de trayectorias curvas predefinidas. En las paradas intermedias, tuvieron
que estimar su distancia y orientación con respecto a su punto de partida, pero
sin poder ver ni señalar su ubicación. Dado que esta prueba se llevó a cabo en
dos versiones, tuvo lugar tanto en el espacio real como en un entorno virtual.
Intestabilidades en patrones de
activación
"Teniendo en cuenta todo, los participantes jóvenes
obtuvieron mejores resultados en navegación, lo que está en línea con estudios
previos. Sin embargo, encontramos una asociación entre un menor rendimiento de
navegación y déficits en la actividad de las células de red", dice el
profesor Thomas Wolbers, científico y supervisor
senior de DZNE del estudio actual.
"Las células de red se activaron de forma diferente al
comparar adultos jóvenes y adultos. Específicamente, los patrones de activación
fueron menos estables con el tiempo en personas mayores, lo que indica que
estos circuitos cerebrales se ven comprometidos en la vejez. Esto podría ser
una causa de por qué las personas mayores suelen tener problemas con la
navegación espacial", afirma Wolbers.
Y agrega: "Las células de red desempeñan un papel
central no solo en la navegación sino también en otras funciones cognitivas.
Por lo tanto, nuestros hallazgos podrían indicar un mecanismo clave subyacente
a los déficits cognitivos en la vejez. Esto no solo proporciona información
sobre los cambios neurofisiológicos debidos al envejecimiento. También puede
ayudar a diseñar terapias contra el deterioro cognitivo relacionado con la
edad".
Aunque debilitar las habilidades de navegación puede ocurrir
en adultos sanos, dicha disminución también se considera como uno de los
primeros síntomas de la enfermedad de Alzheimer. "Evaluar el rendimiento
de la navegación y la función de las células de red podría facilitar el
diagnóstico precoz de la enfermedad de Alzheimer y otros trastornos
neurodegenerativos", plantea Wolbers.
"Para este fin, sería necesario desarrollar métodos de
diagnóstico que distingan entre una disminución relacionada con la edad en la
capacidad de navegación y una disminución causada por la enfermedad. Esta
podría ser una tarea desafiante. Sin embargo, nuestros hallazgos sientan las
bases para futuros estudios sobre estos temas", concluye.